Momentos que pasan...

Hoy al regresar a mi casa, subí a un autobús. En la ciudad donde vivo (Lima - Perú) te puedes transportar en autobuses o carros (taxis), para mí es mejor un autobús. Siempre hay una experiencia que puedes ver o escuchar.

El día de hoy sube un anciano al mismo autobús que yo estaba y se sienta atrás mio. Al siguiente paradero sube un joven que estaba discutiendo por celular con su enamorada (eso era lo que se entendía por lo que él decía al gritar).

El anciano lo observa mientras él joven seguía discutiendo. El joven cuelga su celular y su rostro se veía amargura, fastidio, etc. El anciano le empieza a hablar y el joven solo lo miraba sin responder nada.

El anciano le dice te voy a contar una historia, quizás no me creas. Pero te llevo muchos años y cada experiencia mía me ha hecho un hombre más fuerte y seguro. El anciano se sienta de una manera cómoda para poder contar la historia, mientras el chico se hacia el sordo pero seguro que le estaba prestando atención como yo.

El anciano empezó....

"Hace un tiempo atrás, cuando yo era joven. Un anciano se subió a un autobús un 14 de Febrero. Llevando consigo una docena de rosas rojas. Se sentó a mi lado. Yo observe las rosas rojas que el anciano llevaba por un buen tiempo y le dije: "Su esposa va a recibir un regalo muy precioso, hoy" El anciano me miro y me dijo muy alegre: "Sí". 

Pasaron unos minutos y yo seguía observando las 12 rosas rojas del anciano que estaba a mi costado, sin saber que el se estaba dando cuenta. El anciano me pregunta: "Tienes enamorada?" y yo le respondí: "Si, estoy yendo a verla ahorita y solo le llevo esta tarjeta" y le mostré mi tarjeta al anciano.

El anciano y yo, estuvimos en silencio por unos minutos más y el anciano se levantó para bajarse del autobús, repentinamente dejó las 12 rosas en mi pierna y me dijo: "Estoy seguro que a mi esposa le gustara que tú le lleves las rosas a tu enamorada. Le diré que te las di"

El anciano se bajo del autobús, en el paradero que le tocaba y al alejarse el autobús corrí hasta la parte final del autobús y vi al anciano entrar a un cementerio." 

Al acabar con su historia, soy mujer y me puse a llorar. El joven solo lo miró, no dijo nada, pero su mirada tan sincera era su manera de agradecerle por aquella historia. El anciano se bajó y antes que se pare de su asiento yo le agradecí y él respondió de nada con una mirada muy dulce.

El joven y yo nos quedamos mirando sin saber que decir o como actuar, yo seguía lagrimeando porque recordé muchas cosas... 

Y antes de bajar en mi paradero, le dije: "No te hagas el rudo, llámala y dejen de discutir. Dile lo que sientes y vivan el amor que se tienen". El joven me quedó mirando, con una mirada muy tierna y al ir bajando del autobús, me grito: "gracias flaquita" (jajajaja...). Me causo mucha gracias como me agradeció, pero voltee a verlo y le sonreí. 

Por este motivo es que me encanta transportarme en un autobús que en un taxi. Uno no sabe cuando va a morir, pero si tienes vivo a una persona que amas o a un familiar. Nunca, pero nunca dejes de decirle lo que sientes realmente. 

Vive la vida minuto a minuto, y encontraras un motivo por el cual estas viviendo esa experiencia.